sábado, 30 de abril de 2011

8.- Una grafía muy bio: Deshojando margaritas y eso de los uniformes...

Deshojando Margaritas

El camellón que se encontraba frente al edificio de departamentos (donde transcurrió mi niñez, fase uno) era como una especie de oasis dentro de la jungla de asfalto.

                                                      

Por las tardes, mi progenitora tenía a bien sacarnos a orear (creo que más bien ese era el pretexto para salir del agobio de estar encerrada con dos vandalitos en potencia). El Gabriel todavía no formaba parte del desalmado grupo, aunque según se rumoraba, ya venía en camino. Qué se me hace que la cigüeña se entretuvo pidiendo indicaciones. 

                                                     

                                                                                                               
Eran tardes muy divertidas.

El Beto de un lado para el otro con su carro de carreras (les digo que era un peligro sobre ruedas).  Era un carro blanco con números en color negro, con acelerador y volante deportivo.

                                                           

Mi madre y yo sentadas sobre una manta deshojando margaritas:

                 
“Me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere,….” Pobres flores ¿Ellas que culpa tenían?

Si por azares del destino el último pétalo representaba un fatídico “no me quiere” lo más seguro es que no nos íbamos a mover de ahí hasta que no nos saliera un “me quiere”.

                                                    
La noche amenazaba con llegar, era hora de regresar a casa.

El camellón teñido de verde, y justo al centro, un manchón blanco de considerable tamaño formado por pétalos de margaritas; que yo recuerde, nunca fue un puntito en blanco ¡Qué cosas!

Eso de los uniformes...

Me encantaba esa falda-short en color blanco que llevaba algunos días a la escuela (sospecho que ese era el atuendo de los lunes). Me gustaba porque era una mini falda muy sexy, bastaba con quitarle una telita que llevaba al frente y se convertía en short.

                                                          
En cierta ocasión no le dije a la maestra que moría de ganas de ir al baño (para lo cual requeriría de su invaluable apoyo); repentinamente y de manera inevitable comenzó a fluir el líquido de desecho a lo largo de mi pierna, llegó hasta el zapato y finalmente al piso. Fue muy vergonzoso.

                                                 

Está por demás decir que estuve sentada dentro del salón y que ni siquiera salí al recreo. Sé que Batman notó mi ausencia, espero que haya podido él solo con el trabajo.

Ya tengo sueño, así que me voy. No me detengan...

Una grafía muy bio inicia en marzo 25.

Ileaniukz

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UNA GRAFÍA MUY BIO: Intento por rescatar los momentos e instantes vividos. Memoria ¡No me falles! Tiempo ¡Dame chance!

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