sábado, 16 de julio de 2011

14.- Una grafía muy bio: Renault 8 (auto sardina).

Esperando que hayan seguido mis recomendaciones (no hay nada que agradecer, lo hago con mucho gusto), continuemos con esta historia.

El trayecto desde Ciudad de México hacia la Costera Miguel Alemán, aunque largo, siempre fue muy divertido (menos cuando el Gabrielito tenía a bien “guacarear” sobre alguno de los tripulantes). Pobre “renolete”, si hubiera hablado…

 

Lo que sea de cada quien, éramos buenos clientes para los vendedores carreteros. Comprábamos de todo: Cocadas, tamarindos, coco con chile, empanaditas, sopecitos, refrescos (Chaparritas, Barrilitos, Pascual Boing o Sidral Mundet), papas fritas (Sabritas, cuando la envoltura todavía traía a la carita feliz, “a que no puedes comer solo una” y las papas no estaban tan saladas, ni quemadas); playeras, pulseras, sombreros, ...

  

Insólito: El Betito, se portaba bien (al menos durante el camino). Ya les contaré lo que mi pequeño hermanito hacía. ¡Chamaco!

El Matador… Después de varias horas de viaje en auto sardina, era una bendición tenerlo frente a nosotros (se trataba de un hotel, no sean mal pensados).

 

Bajar de Renault 8 y sentir el calor tropical (recuerden que veníamos del Distrito Federal, Ciudad en donde el calentamiento global todavía era imperceptible, había menos carros, más árboles y menos habitantes por metro cuadrado) era una verdadera delicia.

Dentro de nuestro alojamiento temporal: Olor a limpieza, frescura y diversión.

Bueno, por el momento es todo. La novela Destilando Amor está por comenzar, no tardo. Si ven que no regreso, cierren la puerta.

13.- Una grafía muy bio: Mi México de los recuerdos…

En mi deseo por contextualizar es que hago una búsqueda exhaustiva dentro del baúl de la memoria… ¡De los recuerdos! corregirán algunos (qué ganas de interrumpir).

Por tratarse de ustedes siempre bien ponderados y abnegadísimos lectores (“queridos lectores y lectoras” diría Germán Dehesa) es que me concentro, me preocupo y me enfoco en contextualizar (soné como la Adela Micha, ustedes disculparán).

  


Me quedé pensando (aunque lo pongan en tela de juicio, de repente me da por pensar) una buena alternativa (para que se vayan dando una idea del entorno) es invitarlos a ver una película de Mauricio Garcés, La Familia Burrón o La India María. Pongan mucha atención en la ropa, los autos, los peinados, el maquillaje, las calles, los muebles, la decoración.

Mejor aun, vean la cinta de Perro Callejero con Valentín Trujillo la cual es producto de un estudio sociológico de la época (según se señala al inicio de la misma) o la de María Isabel con Silvia Pinal.

 

Ambas películas muestran al México de aquellos años pero en la versión del nabete (que no dista mucho de lo que acontece actualmente en ciertos sectores de la población) y la versión pipiris (mansiones, albercas, autos, amplitud, lujo, desplantes).

Creo que no hay pie para el reclamo, las referencias son más que ilustrativas y elocuentes en sí mismas. ¡A mí no me vean feo! Se trataba de la producción cinematográfica de aquellos tiempos. Créanme, Alejandro González Iñárritu tendría apenas unos 8 años  (así como lo leen) y Gael García… Ni siquiera nacía. Hasta rimó.

Como dato curioso Alejandro (mi cuate) es del 15 de agosto de 1963 (un digno Leo); y ya que estamos en estos enjuagues: Gael es del 30 de noviembre de 1978 (un desprendido sagitario al que le encanta recorrer mundo tanto como a mí).

  

Vayan pues, yo aquí los espero…

12.- Una grafía muy bio: Álter-ego…

Interesante… “álter-ego” nunca presté atención a su significado. Apenas anoche, después de la función de teatro (Opción múltiple de Luis Mario Moncada), el concepto quedó más que comprendido. Clark Kent y Superman, Bruno Díaz (en mi historia Bobadilla) y Batman.

 
Lo que son las cosas… estuvieron conmigo, fueron parte de mí: Ile-batichica, Ile-dulce, Ile-soñadora, Ile-traviesa... no supe cuándo se fueron…. pero las extraño.


Una grafía muy bio inicia en marzo 25.

Ileaniukz

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UNA GRAFÍA MUY BIO: Intento por rescatar los momentos e instantes vividos. Memoria ¡No me falles! Tiempo ¡Dame chance!

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